Estos rastreros de muchas patas causan miedo, y aunque algunos portan veneno muy doloroso, en realidad pueden ayudar a hacer su casa menos desagradable. Al Ciempiés le gusta la fiesta con el pececillo de plata, insecto del fuego, larvas de escarabajos, cucarachas y arañas. Así que si estás viendo una gran cantidad de ellos, tome nota: Puede ser que se hayan presentado a un error de buffet de todo lo que puedan comer (tu casa está infestada de todos los insectos que al ciempiés le gusta). Búsquelos cerca de grietas en el hormigón, los desagües de piso, cajas de cartón almacenadas, y rincones húmedos como espacios de arrastre.
Los quilópodos (Chilopoda, del griego kheilos, labio y podos, pies), son una clase de miriápodos conocidos popularmente como ciempiés y escolopendras (Scolopendra cingulata). Tienen un cuerpo alargado y estrecho formado por 21 segmentos o anillos (metámeros), con un par de patas en cada uno de ellos y que pueden llegar a medir hasta 10 cm. Se conocen quilópodos fósiles del Silúrico Superior, hace unos 420 millones de años.
Son carnívoros y para capturar a sus presas tienen unos apéndices bucales muy desarrollados que secretan veneno. Se han descrito unas 3.300 especies.
Los quilópodos (ciempiés) se distinguen de los diplópodos (milpiés) en que sólo tienen un par de patas por cada segmento o metámero de su cuerpo, mientras que los milpiés tienen dos pares de patas por metámero.
Han sido capaces de colonizar muchos ambientes distintos, desde los áridos desiertos al círculo polar ártico, pero requieren siempre microclimas húmedos debido a su alta tasa de pérdida de agua.